Los desplazados en Michoacán sufren abandono y exclusión, sin acceso a servicios básicos ni lugares para enterrar a sus muertos.

Morelia, Michoacán.-En Michoacán, las personas desplazadas por la violencia enfrentan un doble desamparo: primero, por la falta de protección ante los grupos armados y, después, por el rechazo en las comunidades a donde llegan, donde ni siquiera pueden acceder a servicios básicos ni sepultar a sus familiares.

En la rueda de prensa dominical de la Arquidiócesis de Morelia, el presbítero Miguel Ángel Gaona, director diocesano de Cáritas, detalló que en los últimos tres años se han atendido al menos 150 familias desplazadas en comunidades de la región Costa-Sierra como Coahuayana, Aquila y La Placita.

“Cuando llegan aquí a Morelia, son pocos porque algunos sí tienen familiares; otros llegan a las periferias de la ciudad y luego son todavía recriminados más porque los expulsan, no tienen derecho a servicios básicos de luz, agua, ni siquiera para poder enterrar sus muertos porque los panteones no les pueden abrir las puertas porque no son del municipio”, denunció.

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Gaona señaló que el apoyo se brinda a través de las parroquias que funcionan como “centros de cuidado y protección”, y que Cáritas entrega despensas, ropa, zapatos y juguetes a los menores, en una labor que calificó como “Cáritas Emergencia”.

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Informó también que se está construyendo una casa-refugio para madres buscadoras, actualmente en obra negra, y que ya existe coordinación con la CEAV, ACNUR y UNICEF para definir su operación:

“Queremos dar protección a las madres buscadoras, vienen a la ciudad, no tienen donde hospedarse, donde comer, y son también víctimas de que los estén acechando para poderlas también desaparecer”.