La llevaron casi dos semanas tarde luego de presentar los primeros síntomas.
El pasado 9 de febrero, el médico veterinario Héctor Hernández Cañas fue asesinado en Tultepec, Estado de México, presuntamente por los dueños de una perrita yorkshire llamada Mía, quien falleció debido a complicaciones posteriores a una cirugía. El caso ha generado indignación en el gremio veterinario, que exige justicia y medidas para proteger a los profesionales del sector.
Héctor Hernández, con 17 años de experiencia, realizó una cirugía para extraer un hueso de 3 cm que obstruía el esófago de Mía, una yorkshire de 8 años. El veterinario explicó en redes sociales que la mascota llegó con una obstrucción grave, confirmada por estudios adicionales. Los tutores autorizaron la cirugía, pero la perrita no sobrevivió debido a complicaciones derivadas de una atención tardía.
Hernández argumentó que la demora en la decisión de los dueños afectó la recuperación de Mía, quien sufrió un paro cardiorrespiratorio durante la noche. Además, señaló que la negligencia no fue de su parte, sino de los dueños, quienes habrían dejado el cuidado de la mascota en manos de una menor de edad.
“Por el tiempo en el que tardaron en decidir si realizábamos la cirugía, en la fase de recuperación, la mascota presentó una complicación durante la noche, lo que generó un paro cardiorrespiratorio”, detalló.
Tras el fallecimiento de Mía, el veterinario denunció haber sido víctima de amenazas, extorsiones y ataques en redes sociales por parte de los dueños de la perrita. Días después, fue atacado con arma blanca, lo que le causó la muerte.
La Federación de Médicos Veterinarios Zootecnistas de México expresó su consternación y solidaridad con la familia de Hernández, exigiendo una investigación exhaustiva y castigo para los responsables.
El gremio veterinario ha señalado la responsabilidad de los dueños en la muerte de Mía, pues tardaron casi dos semanas en buscar atención médica desde la aparición de los primeros síntomas.
Fuente: ARISTEGUI NOTICIAS