El Ejército Mexicano ha sido una institución que ha acompañado a la nación en sus momentos más cruciales, desde las guerras hasta los peores desastres naturales.
Redacción / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. Cada 19 de febrero, México conmemora el Día del Ejército Mexicano, una fecha que tiene como objetivo reconocer y rendir homenaje a una de las instituciones más fundamentales en la historia y seguridad del país. La conmemoración de este día fue establecida oficialmente en 1950 por mandato del entonces presidente Miguel Alemán Valdés, quien decidió instituir esta fecha para honrar la labor y el compromiso de las Fuerzas Armadas en la defensa de la nación. Desde entonces, el 19 de febrero se ha convertido en una fecha clave para reflexionar sobre el papel que el Ejército Mexicano desempeña en la estabilidad y el desarrollo de México.
A lo largo de los siglos XIX y XX, el Ejército ha jugado un papel central en las luchas por la soberanía, la unidad nacional y la consolidación del Estado mexicano. Desde la Batalla de Puebla en 1862 hasta la participación en la Revolución Mexicana, el Ejército Mexicano ha sido testigo y protagonista de los momentos más decisivos del país.
Con el paso del tiempo, la institución ha evolucionado y se ha diversificado en sus funciones. Hoy en día, el Ejército Mexicano no solo tiene la responsabilidad de la defensa del territorio nacional ante amenazas externas, sino que también tiene un papel crucial en la seguridad interior, la protección de la soberanía nacional y el mantenimiento de la paz en tiempos de crisis.
Primer frente de defensa contra amenazas externas
Una de las tareas principales del Ejército Mexicano es la defensa del territorio y la soberanía nacional. México, con su vasta extensión territorial que abarca 1,964,375 kilómetros cuadrados, enfrenta riesgos tanto en sus fronteras terrestres como marítimas. En este sentido, las Fuerzas Armadas son el primer frente de defensa contra amenazas externas, como intentos de invasión o intervenciones extranjeras.
A lo largo de la historia, el Ejército Mexicano ha demostrado su capacidad de respuesta frente a posibles ataques, como sucedió durante la intervención estadounidense en 1846 y la intervención francesa en 1862. El Ejército se ha adaptado a las nuevas circunstancias geopolíticas, manteniéndose alerta frente a cualquier amenaza que pueda poner en peligro la integridad territorial del país.
La seguridad interior, un desafío permanente
En las últimas décadas, el Ejército Mexicano también ha asumido un rol fundamental en la seguridad interior del país. Ante la creciente violencia relacionada con el crimen organizado, en el año 2006, el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa decidió que el Ejército interviniera en tareas de seguridad pública en el país para garantizar el orden y la estabilidad, una tarea que se ha mantenido hasta ahora en colaboración con otras fuerzas de seguridad, como la Guardia Nacional, creada apenas el sexenio pasado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Así, en la historia reciente de México, el Ejército ha estado presente en operaciones para combatir el narcotráfico, el crimen organizado y otras amenazas internas.
A pesar de las críticas sobre la militarización de la seguridad pública, el Ejército ha sido clave en el control de áreas donde las fuerzas de policía no cuentan con la capacidad o el equipamiento para hacer frente a las bandas criminales. Esta labor ha sido especialmente importante en regiones del norte y sureste de México, donde el narcotráfico y el crimen organizado ejercen una fuerte presión.
Plan DN-III-E: una respuesta eficiente ante los desastres
Otra de las principales funciones del Ejército Mexicano es la ayuda humanitaria y el auxilio en casos de desastres naturales. El Plan DN-III-E, establecido en 1966, es una de las acciones más reconocidas y admiradas de las Fuerzas Armadas en el ámbito civil. Este plan tiene como objetivo brindar apoyo a la población afectada por fenómenos naturales como terremotos, huracanes, inundaciones, y otros desastres, utilizando todos los recursos y la logística del Ejército para salvar vidas y mitigar los efectos de las catástrofes.
A lo largo de los años, el Ejército Mexicano ha sido crucial en la atención a desastres de gran magnitud. Entre los eventos más destacados en los que se ha activado el Plan DN-III-E se encuentran el terremoto de 1985 en la Ciudad de México, donde miles de soldados participaron en las labores de rescate y auxilio, y el huracán Stan en 2005, que azotó el sureste del país, provocando inundaciones y desplazamiento de personas. En todos estos casos, el Ejército demostró su capacidad para movilizarse rápidamente y ofrecer apoyo en las áreas más necesitadas.
Una institución comprometida con la Nación
El Ejército Mexicano es la rama terrestre de las Fuerzas Armadas de México, integradas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa) y la Secretaría de Marina (Semar), instituciones que han consolidado una tradición de servicio y sacrificio por la nación. En tiempos de paz y en tiempos de guerra, en el territorio nacional y en misiones internacionales de paz, los soldados mexicanos han mostrado una disciplina férrea y un compromiso inquebrantable con la soberanía y la estabilidad del país.
En el Día del Ejército Mexicano, se reconoce no solo la capacidad de las Fuerzas Armadas para proteger a México de amenazas externas y mantener el orden interno, sino también su disposición a colaborar con la sociedad en momentos de emergencia. Su labor, a menudo silenciosa y sacrificada, es esencial para el bienestar y la seguridad del pueblo mexicano.