Morelia, Michoacán

María José fue asesinada con brutal saña en 2019 tras haber asistido a una fiesta en Morelia cuando estudiaba la carrera de Veterinaria en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), y siete años después la justicia no llega.

Peor aún: a la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV) pareciera no importarle, según el reclamo de colectivas feministas tras el resultado de la audiencia de alegatos, realizada el pasado lunes 24 de junio, para definir la culpabilidad o no de los detenidos por el artero crimen.

Y es que, el asesor victimal que participó en la audiencia no conocía el caso y la defensa que hizo ‘fue muy pobre, no estaba familiarizado con él’, lamentó Maricela Montero, abogada e integrante de la colectiva Incendiarias.

Esto hizo que el juez determinara la nulidad de la audiencia, porque se estaba violentando el derecho al debido proceso, que es un derecho humano para poder alcanzar la justicia y, en caso de que se viole, incluso, se puede anular el juicio completo”, explicó la activista a Primera Plana MX.

De acuerdo con Montero, dicha audiencia era clave para perfilar un fallo final en el caso, después de todas las evidencias expuestas por la Fiscalía estatal a lo largo, muy largo, del juicio.

“Nos parece muy preocupante lo que pasó, porque sabemos que, no es que la Comisión siempre tenga la mejor participación y que en esta ocasión haya sido la excepción, sino que son cosas que de manera sistemática pasan”.

Es por eso que decimos que el sistema de justicia está fallando, que las víctimas no tienen una buena asesoría, una representación adecuada y que, en muchos de los casos, sus asesores victimales no conocen sus nombres ni sus casos. Y este es el ejemplo”, fustigó.

En su narración, Montero detalló que lo más grotesco de la audiencia fue ver al representante de la CEAV jugando en su silla o revisando el Facebook en su celular.

“Fue muy pobre el papel que hizo. Eso nos habla de la insensibilidad y la apatía que hay en las autoridades”, recriminó a manera de una mezcla de lamento, reclamo e impotencia.

Marijó, 28 heridas y el tiro de gracia

Durante la audiencia de alegatos, donde el juez evidenció una deficiente participación del personal de la CEEAV, la representación de la Fiscalía General del Estado volvió a desnudar en toda su crudeza la muerte que sufrió la joven originaria de Salvatierra, Guanajuato.

Sus últimas horas de vida comenzaron al llegar a un bar, donde fue abordada por cuatro hombres con quienes estuvo conviviendo y, al salir, la subieron a una camioneta. Ya no se supo más de ella en las siguientes horas y días.

Su cuerpo fue encontrado en la carretera a Atécuaro, en la zona rural de Morelia, con más de 28 heridas de golpes y un balazo letal.

“Por la narración de uno de los testigos claves, estos hombres la golpean en diferentes momentos, y en un momento la bajan, la agarran a patadas con una tortura tremenda y después se la llevan, la golpean otra vez hasta dejarla casi muerta. Al final la traen dando vueltas y terminan dándole un balazo”.

Es uno de los casos más crueles que conozco y he escuchado. El cuerpo de María José fue encontrado prácticamente irreconocible y, siete años después, seguimos buscando justicia”, remató Maricela Montero.