«El arte tiene un componente político, aunque no lo quiera. «
Rita Gironès
Con una amplia filmografía, el creador mexicano ha dirigido 8 largometrajes y ha producido otros 14. Una extensa carrera a lo largo de 30 años que incluye películas como Conejo en la Luna (2004), Guten Tag, Ramon (2013), o Las Mutaciones (2024). Confiesa que el cine comercial (frívolo, inocuo, poco interesante) ya no es suficiente para el espectador comprometido de estos tiempos. Crítico, auto-crítico, obsesivo, reconoce que la clave es ir madurando. Fue a los 15 años de intercambio en Nueva York cuando tuvo la oportunidad de asistir a un cineclub y descubrir la película China Town de Roman Polanski. Ahí supo lo que quería hacer. El talento del director, guionista y productor mexicano se ha destacado por desarrollar historias profundas y emotivas que “pueden proyectarse en cualquier cine, pero también podrían ser admiradas por un espectador más exigente”. Un limbo de vasto alcance que incluye argumentos extraordinarios con los que poder identificarse.
¿Qué querías ser de niño?
¡De niño quería ser astronauta! Tenía un hermano gemelo que dormíamos en una litera, entonces yo colgaba una cobija y me encerraba ahí como si estuviera en una cápsula. ¡Con 6 años me imagina cruzando el Universo en esa cama! Pero desde muy temprano, también el cine me interesó. A mi mamá le fascinaban el cine y el teatro. Trabajaba como actriz, aunque se casó muy joven y ahí terminó su carrera. Ella nos llevaba al cine a mis hermanos y a mí, eso me inspiró muchísimo.
Y ahora, ¿qué quieres ser?
Yo quiero seguir haciendo cine, es mi pasión. De hecho, los que hacemos cine y no nos hemos rendido (sobre todo en un país como México) es porque somos unos necios. Nos pueden decir que no muchísimas veces y seguimos tocando y tocando puertas. Yo he hecho muchos sacrificios para hacer cine.
Principal rasgo de tu carácter.
Soy muy obsesivo.
¿De qué sirve el cine en un mundo tan caótico como el de hoy?
Mira, yo no estoy seguro si sirva de algo, pero lo que sí te puedo decir es que es necesario. Sin cine, estaríamos sin memoria, sin ese espejo de nosotros mismos. Me parece muy triste que la mayoría del cine sea entretenimiento y que su propósito sea principalmente hacer dinero. Hay un abanico muy grande entre entretener para hacer dinero y la película experimental que nadie entiende.
¿Qué valor le das a las palabras, y cuál al silencio?
Para que haya ruido tiene que haber silencio. Para que haya música fortísima tiene que haber un pianísimo. Sin palabras no seríamos tal vez seres humanos. El lenguaje es lo más importante que ha hecho el hombre y a través del lenguaje desarrollamos todo lo demás. Lo primero que hice antes de hacer cine fue escribir, escribía poesía, cuentos y tiempo después escribí mis guiones. Estudiar cine fue un proceso más tardío. Primero fue la palabra y sus silencios.
¿Consideras que el arte ha de ser más poético o político?
El arte tiene un componente político, aunque no lo quiera. A lo hora de crear mis historias siempre pienso qué posición tienen, desde qué perspectiva quiero construir esa narrativa. Está implícito.
¿Qué películas te gusta ver?
De joven yo veía de todo. Cuando estudiaba en el CCC en Cdmx llegábamos a ver 3 o 4 películas diarias. Pero al día de hoy el cine que disfruto es más selectivo. Me gusta el cine más narrativo, puede ser desde un thriller político, al cine de Polanski o el cine temprano de Coppola, … Un ejemplo es una película rusa llamada “Ven y mira” de Elem Klimov, ese sería el ejemplo del cine que me gusta, una película impresionante en todos los sentidos.
Llevas muchos años viviendo en Alemania, ¿qué extrañas de México?
Extraño a mis amigos, los veo cada vez que regreso aquí. Extraño la cultura mexicana, el calor humano, la comida… aunque en Alemania intentamos hacer comida mexicana en casa para no extrañar tanto.
¿Cocinas normalmente? ¿Tienes buena sazón?
Mi esposa cocina muy bien, ¡yo no! Me encantaría, pero soy muy lento y mejor me hago a un lado. (Risas)
¿Con qué personaje de la historia te sentarías a platicar y de qué?
Creo que sería con George Orwell. Me gustaría platicar con él del totalitarismo que nos persigue todos los días en esta sociedad actual. Él lo vio muy claro en 1948 cuando escribió 1984. Pensaba que 40 años después ese futuro nos iba a alcanzar y mira dónde estamos, qué mundo totalitario…
¿Qué cualidad admiras de las personas y qué detestas de la gente?
Lo que me fascina de la gente es su creatividad, su inventiva y su chispa. Y no me gusta la gente egoísta, la gente que piensa solamente en sí misma y que para nada piensa en la comunidad. En Alemania, que es el país en el que llevo 17 años viviendo, te puedo decir que es un país que supo reconstruirse a pesar de su pasado atroz, y fue sencillamente porque la gente hizo comunidad.
¿De qué te sientes orgulloso?
Me siento orgulloso de lo que he logrado con tan poco recurso. Soy organizado y me he rodeado de gente muy talentosa para lograrlo.
¿De qué te arrepientes?
Me arrepiento de haber sido arrogante como lo es cualquier estudiante de cine al principio, por fortuna muy rápido me di cuenta que ese no era el camino. Al día de hoy busco un ambiente relajado y una atmósfera en mis rodajes muy de equipo.
¿Qué es para ti la Cultura, Jorge?
La Cultura es una inmensidad. Es la forma inabarcable en la que vivimos.