En medio de la persistente guerra en Europa del Este, el gobierno ucraniano aplaudió las más recientes medidas económicas impuestas a Rusia por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, dirigidas principalmente al sector energético, aunque advirtió que “no serán suficientes” para detener la ofensiva del Kremlin.
Las nuevas sanciones, anunciadas esta semana, apuntan a restringir las exportaciones de gas y petróleo rusos, así como a limitar el acceso de empresas del país a financiamiento internacional. Bruselas aprobó su decimonoveno paquete de restricciones, mientras Washington amplió la lista de compañías energéticas y bancos rusos sujetos a bloqueo.
El presidente Volodímir Zelenski, durante una visita a Bruselas, expresó su reconocimiento a los gobiernos aliados, pero insistió en que “la única forma de detener la agresión es elevar la presión económica y política sobre Moscú”. Añadió que su país no contempla ceder territorio y que la meta sigue siendo “restaurar plenamente la soberanía ucraniana”.
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Por su parte, funcionarios europeos señalaron que las medidas buscan debilitar la capacidad de Rusia para financiar su maquinaria militar, especialmente en un momento en que el conflicto se ha estancado en varios frentes.
“Rusia continúa usando los ingresos del petróleo y el gas para sostener su invasión. Nuestras sanciones pretenden cortar ese flujo y reducir su margen de maniobra”, declaró un diplomático de la UE bajo condición de anonimato.
En Washington, el Departamento del Tesoro describió la decisión como “un paso necesario para aislar aún más a la economía rusa” y subrayó que las restricciones podrían ampliarse si el Kremlin no muestra señales de apertura al diálogo.
Zelenski, por su parte, reiteró que las sanciones económicas son una herramienta clave para forzar una negociación real: “Cada decisión que limita los recursos del agresor nos acerca un poco más a la paz, una paz basada en justicia y no en concesiones”.
Las sanciones, que afectan tanto al comercio energético como al transporte marítimo y la banca rusa, podrían tener repercusiones en los mercados internacionales, especialmente en los precios del gas en Europa durante el invierno.
Mientras tanto, Ucrania busca mantener el respaldo occidental con una estrategia diplomática centrada en mostrar que la presión sostenida sobre Moscú es la vía más efectiva para detener la guerra.
Fuente: Reuters