La Cámara de Diputados avala la prohibición del cultivo de maíz transgénico, declarando al maíz nativo como parte de su identidad nacional
Ciudad de México.- La Cámara de Diputados ha dado luz verde a una reforma constitucional propuesta por la presidenta Claudia Sheinbaum, que impide el cultivo de maíz transgénico en México. Esta decisión llega tras un veredicto que obligó al gobierno a eliminar restricciones previas sobre este tipo de grano.
La medida asegura que no se permitirá la siembra de maíz genéticamente modificado en México, una iniciativa que se había intentado impulsar anteriormente sin éxito, llevando a las grandes corporaciones biotecnológicas a abandonar sus planes en el país.
Un panel del TMEC, el acuerdo comercial de América del Norte, falló en contra de México el año pasado en una disputa iniciada por Estados Unidos sobre la prohibición del uso de maíz transgénico en productos como tortillas y masa. Además, se cuestionó la autorización para que la agencia sanitaria mexicana evaluara su eliminación progresiva en la alimentación del ganado.
El fallo del TMEC forzó a México a modificar varias cláusulas de un decreto de 2023 del gobierno anterior, dirigido por Andrés Manuel López Obrador. La presidenta Sheinbaum actuó en febrero, y su decisión la recibió bien la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR).
Con la aprobación de la mayoría de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados, así como algunos legisladores de la oposición, se ha declarado al maíz nativo como ‘elemento de identidad nacional’ y se ha impuesto al Estado la obligación de garantizar el cultivo de maíz libre de transgénicos.
La reforma ahora se dirigirá al Senado para su aprobación final.
El fallo del TMEC indicó que México no había demostrado que su decisión de prohibir el uso del maíz transgénico en la masa y la tortilla estaba basada en evidencia científica, infringiendo las normas del acuerdo comercial.
Pese a la eliminación de las restricciones anteriores para cumplir con el TMEC, la nueva iniciativa incorpora un párrafo que podría generar controversias futuras con Estados Unidos, ya que se refiere a la utilización del maíz y no solo a su cultivo:
‘Todo otro uso del maíz genéticamente modificado debe ser evaluado en los términos de las disposiciones legales para quedar libre de amenazas para la bioseguridad, la salud y el patrimonio biocultural de México y su población’, subraya el documento.
Según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), esta postura reforzada de México podría causar ‘incertidumbre’ en su relación comercial con Estados Unidos, su principal socio y proveedor de maíz amarillo, utilizado en la alimentación de ganado y en la producción de alimentos industrializados para humanos. La decisión podría provocar represalias por parte del gobierno estadounidense.
México es autosuficiente en maíz blanco y, según la reforma, 78% de los productores medianos y pequeños utilizan variedades criollas o nativas, mientras que 61% de todos los productores continúa usando estos tipos de maíz.