Morelia, Michoacán

El amor está en el aire… y en los restaurantes, los cafés, las plazas, las calles, las manos de los padres que sostienen a sus pequeños, las risas de los niños, los momento compartidos entre amigos.

Se acerca el 14 de febrero y Morelia se prepara para celebrar el Día del Amor y la Amistad. La imaginación popular asocia esta fecha de inicio con el amor romántico, y la mercadotecnia refuerza esta percepción con promociones, decorados, productos y servicios destinados a las parejas.

Flores y chocolates, animales de felpa, figurillas de diferentes materiales con corazones y colores rojo y rosa, inundan los escaparates, listos para que los enamorados elijan aquellos destinados a hacer sonreír a sus parejas.

En la antesala del Día del Amor y la Amistad, Josué, empleado, dedica algunos momentos a recorrer tiendas, en busca de los regalos con que obsequiará a su esposa.

Le gustan los chocolates, comenta, y los girasoles, así que planea adquirir un ramo de las flores amarillas con una variedad de los chocolates favoritos de ella.

Pero el amor romántico no es la única forma del amor. También se exhiben en los aparadores detalles para los amigos, los hijos, los padres, los abuelos, los nietos, los familiares y, por supuesto, para celebrar la mas importante forma del amor, que es el amor propio.

Adelantándose a su madre, Marco, de cinco años, asegura que está listo para celebrar el 14 de febrero. Ha decidido gastar sus domingos en un oso de peluche con corazones y globos de colores para su mamá, así como en un pequeño dominó de madera para su papá, de quienes espera juguetes como obsequio.

“Amo a mis papás, son los mejores del mundo”, explica, enfatizando sus palabras con un abrazo a sus padres.

En este 14 de febrero, hay espacio incluso para el amor que se fue, que no correspondió. Bares y antros ofrecen a los clientes olvidar por un momento al “cucaracho” y acudir a cantar a una voz canciones duro y contra ellos… o ellas.