Se ha dado a conocer, que con el 99% de votos escrutados de las elecciones presidenciales de segunda vuelta en Chile, celebradas ayer domingo, triunfa el candidato ultraderechista José Antonio Kast con el 58.1%, quien venció a la candidata comunista del oficialismo Jeanette Jara que obtuvo el 41.8%.

En este sentido Kast durante las elecciones de segunda vuelta, quien contó con el apoyo político de otros sectores opositores de derecha, como el tradicional partido libertario, quien se sumo a un proyecto que entre sus promesas ha mencionado orden y seguridad. Esta victoria política significa un giro a la extrema derecha en el país sudamericano de un candidato identificado con la dictadura de Augusto Pinochet.

Por su parte la candidata oficialista de izquierda Jara, posterior a los comicios, reconoció su derrota además, se informo que se comunico con el presidente electo para felicitarlo y desearle éxito en su nueva encomienda.

Mientras el mandatario chileno Gabriel Boric, tuvo una conversación telefónica con el ganador de las elecciones, a quien lo felicitó y le deseo lo mejor por Chile, afirmando que “conocerá también, en algún momento, lo que significa la soledad del poder” en la toma de decisiones, en respuesta a a la llamada Kast, agradeció sus palabras, solicitando un traspaso del poder muy ordenado y le pidió contar con sus opiniones a partir de su llegada al poder el 11 de marzo.

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Después en un discurso, el ultraderechista, celebro con sus simpatizantes el triunfo electoral y en un tono conciliador destaco el coraje de su contrincante Jara, dijo que había gente buena y mala tanto en la derecha como en la izquierda, pero que era necesario que su país avanzara unido con la ayuda de todos.

Cabe mencionar, que es la primera vez que llegará al Palacio de La Moneda un presidente de extrema derecha, nostálgico del pinochetismo, desde el regreso de la democracia en la nación sudamericana. Además llegará al poder ante las demandas crecientes de la ciudadanía de una mejor seguridad por el aumento de años recientes de la criminalidad.

Fuente: El País