El 16 de marzo de 2020, aunque aún no se confirmaba ningún caso de coronavirus en Michoacán, el gobierno decidió tomar medidas de prevención y suspender las clases en todos los niveles educativos
Redacción / La Voz de Michoacán
Fotos de Víctor Ramírez.
Nadie salió indemne de 2020. Por un motivo u otro, todos los ciudadanos del mundo resultaron afectados por un nuevo virus que llevó, en el mejor de los casos, a estar encerrados en casa, y, en el peor, al duelo de la pérdida de seres queridos.
A principios de 2020, un nuevo coronavirus empezó a propagarse desde Asia al resto del mundo. En marzo, se convirtió en una pandemia que, en apenas unas semanas, reveló no solo la fragilidad física ser humano, sino también la de los sistemas sociales y económicos alrededor del mundo.
La primera víctima de COVID-19 en México murió en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social en Gómez Palacio, Durango, pero no se supo porque la prueba no había regresado positiva de la Ciudad de México.
El 18 de marzo, un hombre de 74 años falleció en el Hospital General de Zona No. 46 en la Comarca Lagunera. La muestra para la prueba de COVID-19 se le tomó a las 10 de la mañana y se envió al laboratorio del Hospital La Raza del IMSS en la Ciudad de México. A las 12:00 del mediodía murió.
Pero la historia de la epidemia de COVID-19 en México registra como la primera víctima mortal del virus a un hombre de 41 años con diabetes internado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de la Ciudad de México, que falleció ese mismo 18 de marzo a las 16:24, según su certificado de defunción compartido con periodistas.
Aunque parece irrelevante determinar dónde murió la primera víctima del COVID-19, el caso ilustra los problemas con la aplicación de pruebas en ese entonces, particularmente fuera de la Ciudad de México, y el riesgo que existía en hospitales por el ingreso de pacientes con COVID-19 cuyo diagnóstico preciso tardaba varios días, por la forma en que la Secretaría de Salud centralizó la aplicación de pruebas.
La diferencia entre las dos primeras víctimas de la epidemia en México es que uno estaba en el hospital del INER, que tiene ahí mismo un laboratorio certificado para hacer pruebas de COVID-19 con resultados en un par de horas, y que permitió a los médicos tomar las medidas adecuadas para su tratamiento y aislamiento.
El otro estaba a mil kilómetros de la capital, a hora y media de vuelo del laboratorio de La Raza, a donde se envió su muestra, porque el Seguro Social enviaba las muestras de sus pacientes sólo a laboratorios en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, al no haber autorizado a los gobiernos estatales hacerlas en sus laboratorios.
El 18 de marzo por la noche, la Secretaría de Salud consignó en un mensaje en Twitter el hito histórico: “Hoy en México falleció la primera persona con #COVID19. Inició sus síntomas el 9 de marzo y padecía diabetes. El Secretario de Salud expresa sus condolencias a sus familiares. Descanse en paz”.
Michoacán suspende clases y otras actividades
El 16 de marzo, aunque aún no se confirmaba ningún caso de coronavirus en Michoacán, el gobierno decidió tomar medidas de prevención y suspender las clases en todos los niveles educativos.
El entonces gobernador, Silvano Aureoles Conejo, informó a través de sus redes sociales que, con el objetivo de prevenir casos críticos como ya sucedía en otras partes del mundo, se había determinado adelantar algunas medidas de la fase 2 para extremar previsiones y mantener protegida a la población.
La principal medida fue que el martes 17 de marzo se suspendieran las clases en todos los niveles educativos, en escuelas públicas y privadas, hasta el 20 de abril, al regreso de vacaciones de Semana Santa. Los alumnos ya no regresaron a clases.
El mandatario estatal indicó además la cancelación de las actividades gubernamentales no esenciales que implicaran la congregación de personas, al igual que los eventos cívicos masivos hasta que pasara la contingencia.
“Es momento de prevenir y les pido a todos que no entremos en pánico, porque entonces se pierde la dimensión de una respuesta adecuada ante una situación como la que estamos viviendo. Además, las medidas que estamos tomando nos permitirán tener una red de cuidados necesarios.”, afirmó el entonces gobernador michoacano.
Para el 20 de marzo, se conformaron los primeros cuatro casos de COVId-19 en Michoacán: tres eran de Morelia y uno estaba en el puerto de Lázaro Cárdenas, procedentes de España y Turquía. Dos de los pacientes de Morelia habían estado en de viaje también en Roma, París y Londres.
Ya el 26 de marzo de 2020 se confirmó el primer fallecimiento por coronavirus en el estado: un hombre de 71 años de Lázaro Cárdenas que no tenía antecedentes de viaje. Ese mismo día Uruapan se convirtió en el tercer municipio del estado en confirmar un caso positivo de coronavirus.
El 17 de marzo empezó el cierre de negocios no esenciales y el 30 de marzo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador declaróa una Emergencia Sanitaria por causas de fuerza mayor. Por su parte, el gobierno de Michoacán instaló filtros sanitarios en los límites con Colima, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Estado de México y Guerrero.
Así, con corte al 25 de abril de 2023, el COVID-19 había cobreado la vida de 334 mil 336 personas a nivel nacional, con un acumulado de 7 millones 633 mil 355 contagios confirmados, según cifras del gobierno federal.
En Michoacán, con corte a la misma fecha, el gobierno federal daba cuenta de 118 mil 391 contagios desde 2020 y 9 mil 071 defunciones.
Es de señalar que en reiteradas ocasiones, esta casa editorial y otros medios tanto nacionales como locales señalaron inconsistencias en el manejo de las cifras.