“Mi arma se compone de…”
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco hallaron dentro del rancho Izaguirre del CJNG en Teuchitlán, Jalisco, zapatos, pilas de ropa, mochilas, además de cartas y apuntes, estos últimos, presuntamente de sicarios.
El lugar era utilizado por el Cártel Jalisco Nueva Generación como un campo de entrenamiento para “futuros sicarios”, para que realizaran tareas como asesinar o desmembrar personas.
Según testimonios de sobrevivientes y hallazgos, el CJNG contaba con un mecanismo de reclutamiento a través de engaños.
El lugar contaba con un cuarto con pesas que funcionaba como gimnasio; pista de entrenamiento con alambres de púas, llantas semi enterradas, pasamanos, un laberinto; y una cocina que a su vez funcionaba como crematorio de cuerpos.
Entre las pertenencias fueron encontrados cuadernos, uno de ellos tenía una solicitud de permiso y las instrucciones para desarmar un arma de alto calibre.