No basta con un mes rosa, alerta la especialista y recuerda que detectar una lesión a tiempo puede salvar tu vida.
Ashley Rodríguez / La Voz de Michoacán
En el marco del mes de sensibilización sobre el cáncer de mama, la doctora Sarah Marlenne Fuentes Valle, médico ginecobstetra mastóloga y encargada de la Clínica de Mama del Hospital General Regional No. 1 del IMSS en Morelia, advirtió que esta enfermedad “ya no es exclusiva de mujeres mayores”, pues actualmente el grupo más afectado se encuentra entre los 40 y 48 años, debido a diversos factores de riesgo que han incrementado su incidencia en las últimas décadas.
“El cáncer de mama ha aumentado mucho en los últimos años. Antes se veía más en mujeres mayores de 60 años, pero ahora las pacientes más frecuentes están en la cuarta década de vida”, explicó la especialista.
En entrevista exclusiva para Inter(medio), la doctora Sarah Marlenne subrayó la importancia de la detección temprana a través de la autoexploración y la mastografía anual, así como de mantener una cultura preventiva que no se limite al mes de octubre, sino que forme parte del cuidado integral y constante de la salud femenina.
“De cada diez mujeres, seis podrían desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida, por eso es fundamental detectarlo en etapas iniciales”, subrayó.
De acuerdo con la doctora Fuentes Valle, el cáncer de mama es una enfermedad caracterizada por la formación de células malignas que pueden expandirse a otros órganos como pulmones, huesos o cerebro si no se detecta a tiempo.
“Entre los principales factores de riesgo están la menarca temprana (inicio de la menstruación antes de los 10 años), la menopausia tardía (después de los 54 años), el uso prolongado de anticonceptivos hormonales o terapia de reemplazo, la falta de embarazos o lactancia, la obesidad y una dieta alta en grasas y carnes rojas”, detalló.
La especialista recordó que la genética también juega un papel importante: “Si una madre tuvo cáncer a los 40 años, sus hijas, sobrinas o primas deben empezar a revisarse 10 años antes”.
Autoexploración y estudios: claves para la detección temprana
Fuentes Valle enfatizó la importancia de la autoexploración mamaria como primer método de detección.
“Debe hacerse una vez al mes, siete días después de la menstruación, cuando las mamas están en reposo hormonal. Se realiza frente a un espejo, observando que los pezones miren en la misma dirección y que no haya hundimientos, enrojecimientos o secreciones”, explicó.
También destacó que las mujeres que ya no menstrúan deben hacerlo “cada primer día del mes, para no olvidarlo”. “La exploración nos permite detectar bolitas a partir de un centímetro, pero el objetivo de la mastografía es descubrir lesiones no palpables”, añadió.
La mastografía debe realizarse una vez al año a partir de los 40 años y durante toda la vida, incluso después de los 65. “El cáncer no sabe de edad. Muchas veces las instituciones ya no quieren hacer estudios en mujeres mayores, pero el riesgo no desaparece”, insistió la doctora.
Asimismo, explicó que antes de los 40, las mujeres con molestias o factores de riesgo deben realizarse un ultrasonido de mama, ya que en edades jóvenes las mamas suelen ser densas y la mastografía puede no ser tan precisa.
Fuentes Valle explicó que el estudio consiste en cuatro proyecciones: dos cefalocaudales (de arriba hacia abajo) y dos medio laterales oblicuas (que incluyen la axila).
También aclaró que las mujeres con implantes mamarios sí pueden realizarse el estudio: “Solo deben avisar en el gabinete para que se aplique la técnica de deslechado, que consiste en empujar la prótesis y comprimir el tejido mamario para obtener imágenes claras”.
Miedo, tiempo y economía: los principales obstáculos
La doctora señaló que además de los factores biológicos existen barreras sociales que retrasan la detección.
“El primer obstáculo es el miedo. El miedo a saber, a enfrentarlo. Luego está la falta de tiempo, el trabajo, la distancia o la falta de recursos económicos, pero hay lugares donde la mastografía es gratuita o muy accesible”, comentó.
Entre ellos mencionó a la Unidad de Especialidades Médicas (UNEM), donde el estudio es sin costo y realizado por personal capacitado. “Una mastografía puede costar entre 200 y 400 pesos. Es una inversión en salud que puede salvarte la vida”, enfatizó.
Durante octubre, la doctora recordó que las campañas deben ir más allá de portar un lazo o vestirse de rosa. “No basta con ponerse rosa un mes. Hay que educarnos todo el año”.
Menopausia: etapa que debe vivirse con salud y sin miedo
En la entrevista, la doctora también abordó el tema de la menopausia, etapa que, afirmó, debe asumirse sin vergüenza. “La menopausia es solo una fecha: un año sin menstruar. Pero después viene toda una etapa que puede durar décadas. No hay que tener miedo ni pena, hay que llegar saludables y mantener una calidad de vida”, explicó.
Recomendó una alimentación equilibrada, ejercicio regular y suplementación adecuada desde los 35 años para prevenir complicaciones como la osteoporosis, los trastornos cardiovasculares o la resequedad vaginal.
“La menopausia no es el fin de la vida sexual ni de la felicidad. Hay que manejar los cambios con acompañamiento médico y emocional”, puntualizó.
Para cerrar, la doctora Sarah Marlenne Fuentes Valle envió un mensaje claro: “No dejemos las revisiones para después. El tiempo es valioso. Detectar una lesión a tiempo puede salvar tu vida. Querernos también es cuidarnos.”
Y concluyó: “Revisarnos, pedir nuestros resultados y mantener una educación en salud constante es la mejor forma de prevenir.”