El nuevo jefe de la OTAN prometió el jueves ayudar a reunir apoyo occidental para Ucrania, que combate una invasión rusa de plena escala desde febrero de 2022

Redacción / La Voz de Michoacán

Ucrania. El nuevo secretario de la OTAN, Mark Rutte, visitó el jueves Ucrania en su primer viaje oficial desde que asumió el cargo, y prometió un apoyo continuado a Kiev en su guerra contra Rusia.

Las sirenas antiaéreas sonaron en dos ocasiones en Kiev durante la reunión de Rutte con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, en la capital ucraniana.

El nuevo jefe de la OTAN prometió el jueves ayudar a reunir apoyo occidental para Ucrania, que combate una invasión rusa de plena escala desde febrero de 2022.

Rutte expresó su confianza de que podría trabajar con quien resulte ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el miembro más poderoso de la alianza, en noviembre. Eso podría ser decisivo para los esfuerzos ucranianos de mantener el apoyo occidental.

Zelensky dijo que habían hablado sobre elementos del llamado “plan de victoria ucraniano” antes de la reunión de la OTAN de la semana que viene en la base aérea de Ramstein, Alemania.

Los dos comentaron la situación en el campo de batalla y las necesidades específicas de las unidades militares ucranianas. Zelensky reiteró que Ucrania necesita más armas, incluidas armas de largo alcance.

Rutte reiteró el apoyo firme de la alianza a Kiev y dijo que "Ucrania está más cerca que nunca de la OTAN".

Cuando se le preguntó por las perspectivas de membresía de Ucrania, Rutte dijo que pasos recientes tomados por la alianza "tienden un puente a la membresía de la OTAN", como los 40 mil millones de euros (44 mil millones de dólares) de asistencia financiera, acuerdos bilaterales de seguridad entre aliados y la formación de un nuevo comando de la OTAN para coordinar la asistencia y la instrucción.

Rutte llegó a Ucrania después de que una bomba planeadora rusa golpeara un edificio de apartamentos de cinco plantas en Járkiv, la segunda ciudad más grande del país, e hiriera a 12 personas, incluida una niña de 3 años.

La bomba impactó entre el tercer y el cuarto piso del edificio el miércoles por la noche y provocó incendios, indicó el gobernador regional de Járkiv, Oleh Syniehubov. Los bomberos buscaban sobrevivientes entre el humo y los escombros.

La ciudad de Járkiv, situada a unos 30 kilómetros de la frontera rusa, ha sido un objetivo frecuente de los ataques aéreos durante toda la guerra contra Rusia, que ya está en su tercer año.

Las bombas planeadoras se han convertido en un arma cada vez más habitual en la guerra. Han aterrorizado a los civiles y golpeado las defensas del ejército ucraniano en el frente.

Fueron un arma clave de Rusia en la estratégica localidad de Vuhledar, que Moscú tomó el miércoles dentro de una campaña de destrucción en la región oriental de Donetsk que ha forzado a las tropas ucranianas a retirarse de ciudades y pueblos arrasados.

Ucrania no tiene contramedidas efectivas para las bombas planeadoras, que los aviones rusos lanzan desde Rusia.

Zelensky dijo que el ataque más reciente a Járkiv recalcaba la necesidad urgente de que los aliados occidentales de Ucrania incrementen su ayuda.

Rusia ha tenido la iniciativa en el campo de batalla desde finales del año pasado, cuando la contraofensiva ucraniana perdió fuerza. Ucrania sufre una falta crítica de soldados en el frente y está teniendo problemas para resistir los duros ataques rusos.

Aunque los avances rusos en el campo de batalla han sido lentos, sus fuerzas han ido ganando terreno de forma continuada mientras las ucranianas retroceden y ceden terreno.

Ambas partes han cruzado ataques aéreos transfronterizos, normalmente nocturnos.

La fuerza aérea dijo el jueves que había destruido 78 de los 105 drones Shahed lanzados por Rusia durante la noche, en la que 15 regiones del país se vieron atacadas.

El Ejército ruso, por su parte, interceptó 113 drones ucranianos durante la noche, según un comunicado del Ministerio de Defensa en Moscú. Los drones fueron destruidos sobre cuatro regiones rusas en la frontera con Ucrania: Belgorod, Bryansk, Kursk y Voronezh, señaló.