Dalia Villegas denuncia que por orden del titular de la SSP fue incomunicada y privada de la libertad por espacio de 15 minutos

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. La periodista moreliana Dalia Villegas denunció haber sido objeto de agresiones físicas y verbales, así como de intimidación, incomunicación y privación de la libertad por parte de la Secretaría de Seguridad Pública, esta tarde, durante la manifestación que seguidores de Carlos Manzo realizaron en Palacio de Gobierno.

Dalia Villegas Moreno, reportera de Quadratín Michoacán y Contramuro Noticias cubría en Morelia el asalto que sufrió Palacio de Gobierno tras la marcha para exigir justicia por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.

Luego de que los manifestantes rompieron la puerta e ingresaron al recinto para realizar destrozos, la reportera estaba registrando los hechos desde la planta alta del edificio cuando, relata, ingresó el secretario de Seguridad Pública, Juan Carlos Oseguera Cortés.

La periodista señaló que justo en ese momento los agentes de la UROP acababan de lanzar gas lacrimógeno, por lo que hasta el funcionario y su escolta estaban sufriendo los estragos.

Pero cuando la vieron, fue detenida. Acto seguido, el titular de la SSP “ordenó que se me quitara mi celular a pesar de que yo traía mi identificación de prensa. El secretario de Seguridad me privó de mi libertad al interior del recinto. Me jalonearon mi brazo”.

Al verse en esa situación, la periodista cuenta que “evidentemente me alteré y comencé a gritarles que me entregaran mi teléfono, que era periodista, que les mostraría mi INE. Pero a ellos pues no les importó y me exigieron que borrara los materiales que tenía en el aparato celular, que es mi herramienta de trabajo, y que era la única condición para que me entregaran mi equipo. Yo me negué”.

Entonces, Villegas Moreno exigió que se le permitiera comunicarse con su director general, pero mientras, “me estaban tocando en todo momento, presionándome, acosándome, intimidándome. ‘¡Ya cállate, culera!’, intimidándome de esa manera. Entonces yo guardé silencio. En cierto momento realmente entendí que podía estar yo en verdadero peligro”.

Al analizar la situación de riesgo, la reportera se tranquilizó y accedió a colaborar. Al cabo de unos momentos, los agentes de la SSP le devolvieron su equipo. “Entonces, cuando se me regresó mi equipo, me empujaron y ‘ahora sí, ya vete, salte a la verga’. Y yo les decía ‘no me toquen, no me toquen’”, relata.

Cuando le entregaron sus cosas, la reportera Dalia Villegas logró hablar con su director, quien, dice, “me respaldó de inmediato. Y bueno, me dijo que me pusiera yo a salvo, que mi material no iba a ser borrado y que yo primero viera por mi integridad”.

Mientras la conducían a la salida de Palacio de Gobierno, los elementos la empujaban. “La verdad, me trataron como si fuera yo una delincuente, cuando lo único que estaba haciendo era mi trabajo, que es documentar lo que estaba ocurriendo al interior del Palacio”.

Además, agregó que los agentes sí lograron borra de su celular un video en el que captó el momento en el que ingresó Juan Carlos Oseguera “y tienen a varios detenidos en el piso y les están quitando su camisa y les están golpeando, a pesar de que aquellos ya se habían sometido. Los elementos de seguridad les estaban golpeando. Entonces yo no pude rescatar ese video”. Sin embargo, una compañera de su trabajo logró rescatar el material eliminado, ya que estaban en la papelera de reciclaje del dispositivo.

Ante esto, la periodista señaló que va a presentar la denuncia ante las autoridades correspondientes pues el secretario de Seguridad Pública obstaculizó su labor periodística, “me privó de mi libertad durante por lo menos 15 minutos, me incomunicó. Y bueno, todo esto la verdad me también me afectó mucho, porque soy asmática y no tenía acceso a mi salbutamol”.

Para finalizar, Dalia Villegas indicó que el hecho de que “el propio secretario de Seguridad Pública, Juan Carlos Oseguera Cortés, me exigiera borrar los materiales donde estaba yo capturando la información de lo que sucedía, me parece un abuso de nivel mayúsculo, que creo que no puede pasar inadvertido”.