Morelia, Michoacán

“Que Dios lo bendiga a este hermoso pueblo y que disfruten de este festival de velas, bendiciones a todo Uruapan”, fueron las últimas palabras que dedicó Carlos Alberto Manzo Rodríguez, minutos antes de ser asesinado por sicarios en pleno Centro de este municipio.

El alcalde que lideró el movimiento de los llamados “sombrerudos”, estaba acompañado de su esposa y de sus dos hijos, así como de funcionarios y otros familiares, cuando se registró el fatal ataque armado, donde uno de sus funcionarios también resultó lesionado y uno de los delincuentes fue abatido por fuerzas policiacas.

Luego del encendido, Carlos Manzo había sido entrevistado por medios locales y, con su pequeño hijo en brazos, habló de lo importante que eran los momentos que estaban viviendo y que se había desplegado un fuerte operativo en el que participaban elementos municipales, estatales, de la Guardia Nacional y el Ejército, “esperemos que todo salga bien”, dijo.

Antes, cuando hizo uso de la palabra, previo a la inauguración del Festival de las Velas 2025, Carlos Manzo dirigió un breve discurso, en menos de uno minuto les dijo a los presentes:

“Muy buenas noches pueblo de Uruapan, nos da mucho gusto que estén aquí presentes en este Décimo Octavo Festival de Velas que año con año ya es una tradición en Uruapan y en todo Michoacán, esperemos que disfruten esta convivencia en familia, darles la más cordial bienvenida a todos los visitantes que vienen de otros países, de otros estados de la república, de otros municipios del estado de Michoacán y desde luego nuestra gente querida del pueblo de Uruapan”.

Y concluyó: “Que Dios lo bendiga a este hermoso pueblo y que disfruten de este festival de velas, bendiciones a todo Uruapan”.

Luego de ello, realizó un recorrido por el lugar, siempre con su bebé en brazos, al que le mostraba las figuras y los adornos; con él pequeño abrazado, mandó saludos desde sus redes sociales a los cibernautas, “que viva Uruapan, que viva Michoacán”.

Sólo soltó a su bebé justo para continuar el paseo por los adornos y para tomarse algunas fotos con niños caracterizados; cuando concluyó con las tomas y regresaba al recorrido se escucharon los disparos; Manzo cayó, junto con su secretario de Obras y se desató el caos. Uruapan llora.