El presidente ejecutivo de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación señaló que ambos países siempre se han entendido muy bien.
Ciudad de México. La relación comercial entre España y México no se resiente y "no ha parado" a pesar de los "vaivenes" en el ámbito político entre ambos países, aseguró este jueves el presidente ejecutivo de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce), Pablo de Ramón-Laca.
"Siempre nos hemos entendido muy bien (España y México). Nuestras empresas se han entendido al margen de momentos puntuales donde la política se entromete, pero la fuerte relación que hay entre los dos países no ha parado", destacó Ramón-Laca en un coloquio organizado este jueves por la Cámara Española de Comercio en la capital mexicana con la denominación 'Impacto de la geopolítica sobre el comercio internacional: retos y oportunidades para empresas'.
Pese a los "vaivenes en el ámbito político", el presidente de Cesce destacó que las empresas españolas tienen una presencia "muy importante" en el país norteamericano, al que muchas de ellas consideran su " segunda casa" y un destino "relevante" para las inversiones nacionales potenciado por el "pragmatismo" que a su juicio otorga el Ejecutivo de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum.
La Consejera Económica y Comercial de la Embajada de España en México, María Peña, explicó que la relación comercial bilateral entre ambos países asciende a los 12.000 millones de euros anuales en transportación y exportación, por lo que concluyó que si a México le va "relativamente mal, también tiene un impacto directo en nuestra economía"
Aún así, advirtió del nuevo y "cambiante" contexto internacional, de mayor fragmentación, en el que destaca la "erosión de valores e instituciones democráticas" y la consolidación de China como potencia económica global, de modo que pidió una consolidación del tejido empresarial español en países como México.
Las relaciones entre ambos países vivieron momentos de tensión después de que el rey español Felipe VI no fuese invitado a la toma de posesión de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, en octubre de 2024, que la jefa de Estado justificó por la falta de respuesta española a la solicitud de perdón por su pasado colonial.
Como respuesta, el Gobierno español decidió no enviar a ningún representante como señal de protesta en un hecho sin precedentes.