Donald Trump, a tan solo 50 días de haber tomado posesión de la presidencia de Estados Unidos, ha tomado decisiones que han cambiado por completo el sistema internacional que este país ha construido durante los últimos 80 años. Modificando drásticamente su posición en la escena global. Desde la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. ha liderado un sistema global basado en alianzas y normas internacionales.
Trump ha cambiado la postura de EE.UU. en la guerra de Ucrania, dejando de lado el apoyo a una democracia en peligro y alineándose con Rusia, mismo que ordenó al representante de Estados Unidos ante la ONU, votara junto a Rusia y Corea del Norte, para rechazar una resolución que identificaba a Moscú como el agresor. Además de bloquear a Ucrania el acceso de armas e imágenes satelitales estadounidenses, esto en parte a su molestia con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski; todo porque Zelenski insiste en obtener garantías de seguridad de Occidente ante una posible nueva invasión rusa.
Las relaciones tensas con aliados tradicionales que Trump ha hecho, poniendo aranceles da países aliados, a quienes él describe como “sanguijuelas” de la economía estadounidense; su falta de apoyo a la OTAN, en donde él exembajador de EE.UU. en China y en la OTAN, R. Nicholas Burns, sostiene que lo que está ocurriendo no es solo un ajuste táctico, sino una transformación radical. “Cuando se vota con Corea del Norte e Irán contra los aliados de la OTAN, cuando no se enfrenta la agresión rusa y se amenaza con tomar el territorio de los aliados, algo ha cambiado de manera fundamental”, afirmó. Y la cual ha generado desconfianza entre sus socios europeos, generando que Francia está considerando ampliar su capacidad nuclear para proteger a Europa, y Polonia analiza desarrollar su propia arma atómica. Su obsesión por tener control de territorios estratégicos como el Canal de Panamá, Groenlandia y Canadá, es alarmante.
Muchos pensaban que, en este segundo mandato de Trump, llevaría una estrategia de seguridad nacional como lo fue en su primer gobierno, lideraba un sistema basado en alianzas y en su lugar, surgiría un nuevo equilibrio global donde las potencias negocian directamente y los países más pequeños deben adaptarse.
Recientemente el politólogo Joseph Nye dijo: “Trump está tan obsesionado con evitar que otros se beneficien de EE.UU. que olvida que a su país siempre le ha interesado ser quien conduce el autobús”.
Fuente: The New York Times