Ciudad de México

Tras la muerte en Cancún de Jean Succar Kuri, el empresario libanés condenado por liderar una red de pornografía y abuso sexual infantil, la periodista Lydia Cacho publicó un mensaje en sus redes sociales en el que asegura: “Es el fin de la pesadilla después de 21 años”.

Lydia Cacho no sólo investigó y evidenció la red de pederastia encabezada por Succar Kuri, también se convirtió en una activista y defensora de las víctimas, motivos por los que fue perseguida, secuestrada, torturada y amenazada de muerte, hasta que optó por dejar el país.

Succar Kuri murió la tarde de este viernes en el hospital privado PlayaMed, al cual lo habían trasladado desde el penal de Cancún, Quintana Roo, por problemas con el corazón que manifestó desde el pasado 31 de mayo.

Los demonios del Edén

En 2005, Lydia Cacho publicó su libro Los Demonios del Edén, en el cual denunció la red de explotación sexual que dirigía Jean Succar Kuri y estaba integrada por varios políticos y empresarios, entre ellos: Emilio Gamboa Patrón, Miguel Ángel Yunes Linares y Kamel Nacif.

Ese mismo año, la periodista fue detenida en Quintana Roo, acusada de difamación y calumnias y trasladada vía terrestre al estado de Puebla, donde la amenazaron, la metieron a un “calabozo inmundo”, la desnudaron y le tomaron fotografías en un cuarto lleno de uniformados.

Fue liberada un día después, no sin antes pagar una fianza de 70 mil pesos. Detrás de estos hechos estuvo uno de los cómplices de Kuri, Mario Marín, exgobernador de Puebla, rl “góber precioso”.

Fin del horror

Fue hasta abril de 2019 cuando se giraron órdenes de aprehensión contra varios de los cómplices de Jean Succar Kuri, entre quienes figuraba Hugo Adolfo Karamn Beltrán, último exdirector de la Policía Judicial de Puebla, detenido en julio de 2023 por el delito de tortura.

Succar Kuri, quien había llegado a Cancún en la década de los 90 y se nacionalizó mexicano, fue detenido desde 2004 en la ciudad de Los Ángeles, California, luego de las denuncias de varias mujeres que lo señalaron por haber abusado de ellas cuando eran menores de edad.

A petición de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), lo extraditaron a México y fue condenado a 94 años de cárcel por liderar una red mundial de abuso y pornografía infantil.

Murió a los 79 años y en al menos tres ocasiones confesó haber abusado sexualmente de niñas desde cuatro años de edad en adelante.