La economía feminista y economía del cuidado deconstruyen lo propuesto por las ciencias económicas hegemónicas con las que hemos convivido hasta ahora.

Gabriela Anguiano

Como cada jueves, les saludo con mucho gusto a través de estas colaboraciones semanales, donde compartimos diversos temas relacionados a la gestión cultural. Debido a que el tema que abordamos en la colaboración anterior fue de gran interés, decidí en esta ocasión socializar con ustedes cómo elaborar un plan o modelo de negocios para nuestros emprendimientos culturales.

Parte de los contenidos que les compartiré, integran el curso de Emprendimiento Cultural y Creativo de la Licenciatura en Gestión Cultural de la Universidad de Guadalajara, impartido por Alejandro Paredes Lazo. Podrán acceder a esta información y otras a las que haré referencia en este texto, revisando la bibliografía que les compartiré al final.

El modelo de negocio es una estrategia utilizada para estructurar a nuestras empresas o emprendimientos con el objetivo de generar riquezas. Recordemos que de acuerdo a los nichos de práctica de la gestión cultural (Mariscal 2019), para este tema estamos ubicando nuestro trabajo cultural como gestores y gestoras culturales en el ámbito empresarial.  

A partir de los noventas se han desarrollado distintos modelos de negocios por diversos autores, los hay desde los más extensos hasta los más concretos. La propuesta que vamos a ver aquí es la presentada por Alexander Osterwalder e Yves Pigneur en su libro Generación de Modelos de Negocio publicado en 2009, el cual pueden encontrar en español e inglés y se presenta en una hoja, con los siguientes ocho puntos a desarrollar sobre nuestros emprendimientos:

1.- Propuesta de valor. Este primer punto es muy importante, ya que en él debemos identificar cuáles son las necesidades de nuestros clientes y clientas, con el objetivo de ofrecerles una solución funcional que pueda cubrir esa necesidad a través de nuestro emprendimiento. En este punto la propuesta de valor se ubica en la identificación de las alegrías y frustraciones que viven ellos y ellas en función a esa necesidad, en esta solución emocional, se encuentra nuestra propuesta de valor. Les invito a explorar más a detalle sobre este tema en particular, en la liga compartida en las referencias bibliográficas.

2.- Cliente. Este punto responde a la pregunta ¿a quién le vamos a resolver una necesidad? Aquí se incluyen aspectos físicos, emocionales, geográficos, socioeconómicos, culturales, educativos y todos aquellos más que se consideren necesarios para describir de la mejor manera a las y los clientes. Es importante considerar que, a mejor segmentación de mercado, mayor claridad tendremos de la manera en que nos habremos de comunicar con ellas y ellos.

3.- Canales de distribución. En este punto habrá que pensar en ¿cuáles serán los lugares físicos o virtuales donde nos encontrarán nuestros clientes y clientas? ¿será distribución directa? ¿habrá ventas en línea? ¿cuáles serán las redes sociales que vamos a utilizar?

4.- Relación con el cliente. ¿Qué tan bien conocemos a nuestros clientes y clientas y cómo nos comunicamos con ellos y ellas? ¿existe una relación de confianza?

5.- Actividades clave. Aquí responderemos de manera concreta a la pregunta ¿qué acciones debemos generar para que nuestra propuesta de valor se lleve a cabo?

6.- Recursos clave. En este punto será necesario identificar los recursos humanos, materiales, económicos, físicos, técnicos, etc., necesarios para la realización de las actividades clave.  

7.- Estructura de costo. Una manera sencilla de identificar los costos es enlistando: costos directos (materia prima), costos indirectos (mano de obra y servicios) y otros gastos adicionales que hayamos realizado.

8.- Alianzas estratégicas. Aquí nos preguntaremos ¿quién me ayuda a concretar las actividades, la venta, la distribución, etc.? Este punto habrá de considerar a los diversos sectores: gubernamental, empresarial, sociedad civil, actores comunitarios, etc.

9.- Ingresos. Aquí es importante preguntarnos ¿cuánto quiero ganar? Para ello es indispensable conocer mis costos, para así determinar cuáles deberán ser los ingresos mínimos que me permitan cubrir esos costos y al mismo tiempo generar una ganancia.

Ahora bien, una vez presentado lo anterior quisiera compartirles un par de conceptos que han surgido en la teoría económica, identificados como economía feminista y economía del cuidado, las cuales deconstruyen lo propuesto por las ciencias económicas hegemónicas con las que hemos convivido hasta ahora. Las comparto de manera muy breve y a manera de invitación a conocerlas para valorar su integración al trabajo cultural que realizamos.

La economía feminista y la economía del cuidado proponen “una ética de la economía más allá del criterio de eficiencia, que pregunte por el sentido de cada actividad económica bajo el objetivo de alcanzar el buen vivir: ¿cuáles son los objetivos fundamentales de la economía? … ¿para quién genera valores nuestras prácticas económicas? ¿qué principios se deben observar para garantizar la convivencia justa?” (Ulrike Knobloch, citada por Lang y Mokrani, 2011, pp. 72 y 73).

Dichas reflexiones nos invitan a mirar de una manera distinta la relación que hay entre la economía y la cultura, una que nos permita conocer otras formas de relacionarnos con la riqueza, no centrada únicamente en el aspecto monetario y la acumulación, como las teorías del desarrollo impuestas desde el norte global han planteado, sino una forma distinta que busque el bienestar integral del ser humano ligado a otros aspectos de la vida en donde encontramos la salud, la educación, tiempo para el descanso y calidad de vida, colocando nuestro trabajo cultural en una dimensión económica que considere una convivencia equilibrada y justa y que respete ante todo la vida humana y la vida que habita en la naturaleza.

Referencias bibliográficas:

-Lang, M., y Mokrani, D. (Comp.) (2011). Más allá del desarrollo. Ediciones Abya Yala Fundación Rosa Luxemburgo.
-Mariscal, J.L. (2019). Gestión Cultural. Aproximaciones empírico – teóricas. En Mariscal, J.L. y Rucker, U. (Coord.), Conceptos clave de la gestión cultural. Enfoques desde Latinoamérica (pp.162-186). Ariadna Ediciones.
-Osterwalder, A., e Pigneur, Y. (2009). Generación de Modelos de Negocio. Autoeditado.

-Videos de Alejandro Paredes:
Modelo de negocio: https://www.youtube.com/watch?v=IkakuOK2sNk
Propuesta de valor: https://www.youtube.com/watch?v=c_kMyD_zA_Q

Gabriela Anguiano Zamudio. Gestora Cultural Mexicana. Bisexuala. Antipatriarcal. Amante de las plantas y de lxs michis. Sembradora. Me encuentras como @gaviottaenvuelo en todas las redes.