La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum descartó que exista una persecución política contra Edson Andrade, quien es señalado como principal organizador de la marcha de la generación Z, asegurando que sólo se investiga la violencia tras la movilización.
Ciudad de México.-El nombre de Edson Andrade ha captado nuevamente la atención nacional tras anunciar su inesperado exilio. Acusado por las autoridades y señalado mediáticamente como el principal organizador de la reciente marcha Generación Z, Andrade ha denunciado persecución política y ha revelado haber recibido amenazas después de que se difundieran sus datos personales y supuestos vínculos partidistas desde fuentes oficiales.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha respondido a estas acusaciones negando rotundamente cualquier persecución o represión contra Andrade o los participantes de la movilización juvenil. En una conferencia, Sheinbaum explicó que las detenciones tras la protesta del 15 de noviembre fueron consecuencia de actos violentos y no por razones políticas:
“No hay ni persecución política ni represión. Lo que sí hubo fue un grupo muy violento que tiene que investigarse”.
El enfrentamiento entre Andrade y el gobierno ha generado un debate nacional sobre el trato a los movimientos críticos provenientes de la juventud mexicana. Mientras el gobierno afirma que la seguridad y el orden público justifican la intervención policial, activistas y políticos opositores acusan que la exposición de líderes jóvenes busca intimidar e inhibir el derecho a la protesta.
La reciente filtración de contratos que vinculan a Andrade con un partido opositor añade más controversia al asunto. Andrade niega cualquier afiliación partidista y asegura que la “movilización Gen Z” fue espontánea y reflejó el descontento de una generación ante la inseguridad, la violencia y las carencias sociales.
En el trasfondo, la marcha Generación Z reunió a miles en el corazón de CDMX, resultando en decenas de heridos y detenidos.
Las voces jóvenes exigen respeto, justicia y garantías para protestar sin miedo a represalias ni campañas de hostigamiento político, mientras el gobierno mantiene que sólo persigue la violencia, no la disidencia.

