Alfonso Martinell, referido por Mariscal (2019, p.163), define a la gestión cultural como un encargo social
Gabriela Anguiano Zamudio, colaboradora La Voz de Michoacán
Agradezco inmensamente el generoso espacio que Huella Digital me ha brindado para compartir algunas ideas, reflexiones, lecturas y aprendizajes que he tenido en el ámbito de la gestión cultural. Hay una frase que me parece importante traer a mención y que me gusta tener presente, dice así: “comparte desde lo que eres y desde lo que sabes”.
Es así, que partiendo de este lugar y con el objetivo de colocar un marco referencial que nos permita ubicar desde donde se enunciarán los contenidos que tendrán estas colaboraciones, comparto que soy una mujer mexicana, bisexuala, antipatriarcal, gestora cultural con experiencia en el desarrollo de proyectos artísticos, culturales y comunitarios desde el 2008, michoacana que radica en la Ciudad de México, directora de RedLab Laboratorio de Gestión y Vinculación Cultural y actualmente curso una maestría en Gestión de la Cultura en el Centro Universitario de Guadalajara a través de su sistema virtual, lugar que me ha permitido acercarme a muchas de las referencias de las que les haré mención en los contenidos que encontrarán en este espacio.
Los textos no están pensados para presentarse bajo un rigor académico, pero sí con las correspondientes referencias bibliográficas. La selección de temas que iré desarrollando tiene que ver con mis gustos, intereses y la acción cultural que realizo; esperando que pueda ser de su interés y les presente nuevas perspectivas. Ya lo decía Paulo Freire al referirse al círculo de la cultura como “un diálogo vivo creador, en el cual todos y todas sabemos algo e ignoramos algo y buscamos, juntos y juntas saber más”.
Si empezamos por la etimología de la palabra gestión cultural encontramos que: Gestión viene del verbo latín gerere (hacer, gestionar, llevar a cabo) y el sufijo -tio (-ción = acción y efecto); y la palabra cultura viene del latín cultura, cultus, colere (cultivar, criar, cuidar, habitar) y el sufijo -ura (resultado de la acción).
Olmos, (referido por Mariscal, 2019, p.175) define a la Gestión como el “conjunto de gestos a través de los cuales llegamos a dar sentido histórico a una forma de estar siendo en el mundo” a lo que yo agregaría para hacer referencia a la palabra cultura: para el cultivo y el cuidado de las otras y los otros.
La práctica de la gestión cultural ha existido desde mucho antes que el concepto, el término se adoptó a partir de las últimas dos décadas de siglo XX para renombrar el trabajo cultural (Mariscal, 2019, p.163). Es también en la década de los noventas que se empiezan a desarrollar procesos formativos en las Universidades de América Latina (Mariscal, 2015, p.107).
La gestión cultural ha sido definida desde varios ámbitos, algunos tienen que ver con la administración de los recursos, otras con la organización de actividades culturales, o como una forma de mediación entre diversos agentes culturales para generar acciones culturales. Para profundizar en el análisis de la práctica y la construcción conceptual les recomiendo revisar el texto de Gestión Cultural. Aproximaciones empírico-teóricas de José Luis Mariscal, desde donde les comparto parte de los contenidos de esta colaboración.
Alfonso Martinell, referido por Mariscal (2019, p.163), define a la gestión cultural como un encargo social, al que Mariscal la clasifica en tres tipos de acuerdo a lo observado en la práctica: Como ocupación laboral (trabajo remunerado económicamente), como un cargo o comisión comunitaria (actividades culturales sin remuneración económica) y como una actividad económica secundaria (actividad laboral o profesional secundaria).
Y que además puede suceder en tres sentidos: por encargo institucional (proviene de las instituciones gubernamentales y da atribuciones a ciertas profesiones con el fin de fortalecer la política de Estado), por asignación personal (desde una posición superior y que corresponde a cargos administrativos que son temporales), o por vocación (se toma el encargo por ir de acuerdo a los intereses, necesidades y gustos personales).
También identifica en la práctica, cuatro ámbitos del desempeño en la gestión cultural, los cuales son: gubernamental (aquí encontramos las secretarías de cultura local, estatal y federal), asociativo (aquí se ubican las colectivas o asociaciones civiles), académico (donde se ubican las instituciones educativas) y empresarial (donde podemos encontrar a las industrias culturales).
¿Identifican su acción cultural en alguna de estas clasificaciones? ¡Hay mucho aún por desarrollar sobre el tema!
Me gustaría por lo pronto, compartirles la que para mí, ha sido la definición con la que identifico mi acción cultural por estar vinculada a la comunidad, y es la presentada por Lucina Jiménez, que se define como el “conjunto de estrategias e intervenciones articuladas y diseñadas para el logro de ciertos objetivos de desarrollo cultural, en beneficio de una o varias comunidades, a partir de sus propios contextos y participación”.
Para ilustrar este texto les comparto una invitación que circuló en el año 2008 del artista y activista Antonio Salazar Bañuelos, fallecido en octubre de 2016 y que se llevó a cabo en el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, en Michoacán. Este evento es el primero que considero en mi trayectoria como gestora cultural. Sirva pues de paso, para hacer un homenaje a este artista y recordar con cariño aquellos tiempos. ¡Muchas gracias por su lectura!
Gabriela Anguiano Zamudio. Gestora Cultural Mexicana. Bisexuala. Antipatriarcal. Amante de las plantas y de lxs michis. Mujer alada. Sembradora.
Me encuentras como gaviottaenvuelo en todas las redes.